Artista invitado1: Cobolpotter en la noche de los muertos

CobolPotter salió tarde de casa. Preparado para una noche inolvidable y ataviado con sus mejores galas. Dejó que las sensaciones de la noche le invadiesen. Oía el susurro de los coches atravesando la autovía a toda velocidad no lejos de allií Una debil y fresca brisa le alborotaba el pelo mientras contemplaba toda la ciudad iluminada por una brilante luna llena y adornada con mil luces de neon.
Dió una calada a su cigarro y se puso lentamente en marcha.
Sus pies lo llevaron como todos los días por un paisaje inhospito y desierto. No habia ni un árbol, ni la menor superficie de hierba...solo roca y asfalto. Curiosamente ni un alma.
Sacó su varita e intento alejar las advertencias que dia a dia PapaPotter le daba antes de salir.
- "Solo es una noche mas, una noche cualquiera"-pensó.
Saco su varita y se alejo de aquel paraje tan familiar.
- "Lumos!"-
El camino pronto dió paso a un oscuro tunel. De pie, en medio de la cueva y con la varita en alto se dió la vuelta despacio y examinó con detenimiento paredes y techo. Sabia que tenian que andar por alli.
Por fin, al fondo de la sala divisó una luz dorada que centelleaba como una estrella. CobolPotter entornó los ojos y la examinó con detenimiento. Al principio pensó que se trataba de una lampara, pero al irse acercando poco a poco vió que la luz procedia de una especie de cuenco colocado en un pedestal azul. Las monedas refulgían en el fondo del cuenco. CobolPotter con los ojos como platos se lanzó sobre él.
De repente se oyó un fuerte ruido, parecido a una explosión y una cosa grande y rojiza surgió de la oscuridad a unos metros de él, pero antes de que Cobolito pudiese ver que era se sumergió de nuevo en la oscuridad de la sala.

- "Protego!"- gritó.
Asustado, dió un salto hacia atras y chocó con la pared.
Mientras se encontraba aun aturdido el verdadero monstruo escarlata hizo su aparición. CobolPotter reaccionó casi en milesimas de segundo y con una suave sacudida de su varita se libro del engendro.
- "Petrificus totalus!"-
Poniendose de nuevo en pie y recogiendo su precioso tesoro, dió media vuelta y se puso de nuevo en camino en busca de sus amigos.
No podia ni imaginar la sorpresa que le esperaba al encontrarse por fin con su amigo SoirarkWeasly.

El pobre diablo habia sido victima de algun hechizo prohibido, de esos para los que solo TopiGranger conocia el contraconjuro.
- "¿Porque no prestaré mas atención cuando Topito nos insiste tanto en los contraconjuros?"-pensó.
-"Quietus!", "Relashio!""Mobilicorpus!"- probó, pero nada funcionaba.
Deseó que su amiga Topito lo hubiese acompañado esa noche, pero como bien sabia, Topito no estaba ahi para sacarle las castañas del fuego como la mayoria de las veces.
(NdA: Jjjijii, no he podido evitarlo...me estaba saliendo muy serio el relato...jijiji).

El pobre Soirark se tambaleaba por la habitación mientras sus miembros sufrian volentas sacudidas espasmodicas.

- "Paralo Cobolito!!!, Haz que se detenga de una vez!!!!"- grito Soirark.
- "Lo intento, joder, lo intento!"- dijo CobolPotter.
Cada vez mas nervioso pensó que seria absurdo intentar recordar algun conjuro, por lo que se decantó por el mas tradicional metodo de las pocimas y brebajes.
Cerca de donde Soirark convulsionaba vió una copa tallada sobre una roca que facilmente podria ayudarle en sus planes. Se puso en pie de un salto y agarró la copa.
Mas no por torpeza, sino por la sensación de frio que notó en su pierna, derramó todo el contenido de la poción por los suelos.
Una mano fria y blanca lo habia agarrado por el tobillo, y la criatura a la que pertenecia tiraba de el hacia el otro lado de la roca. La calle ya no se encontraba desierta.
Allá donde Cobolito mirara se veian cabezas y manos blancas. Eran hombres y mujeres con los ojos hundidos, ciegos, muertos, que avanzaban hacia él, un ejercito de cadaveres que se alzaba en la negrura iluminado por una radiante luna llena.


- "Desmaius!"- gritó Cobolito mientras un potente haz de luz roja salia de su varita directo al zombie que lo sujetaba por el pie. Este lo soltó y cayó hacia atrás.
Cobolito se puso en pie como pudo, y lanzando hechizo aturdidor tras hechizo aturdidor fue abriendose paso hacia donde se tambaleaba su amigo.

- "Petrificus totalus!"- chilló otra vez, y retrocedió dando mandobles al aire con la varita, seis o siete zombis se doblaron por la cintura, pero habia muchos mas que se dirigian hacia el.
- "Impedimenta!,Incarcero!! Confringo!!"-
Algunos de ellos se tambalearon y un par quedaron inmovilizados pero los que venian detras trepaban sin dificultad por encima de los caidos. Sin dejar de agitar la varita Cobolito gritó:
- "Sectumsempra!, Cruzioooo!"-
Aunque aparecieron profundos cortes en sus pestilentes andrajos y en su gelida piel, aquellos seres no tenian sangre que derramar, insensibles al dolor, con sus esqueleticas manos tendidas hacia Cobolito. Él retrocedió y de pronto unos brazos lo agarraron por detras y se cerraron alrededor de su cuello, y esos delgados brazos sin carne, frios como la muerte, comenzaron a arrastrarle, poco a poco pero con facilidad. Y Cobolito comprendió que no iban a soltarlo, que le ahogarian, que se convertiria en otro muerto pestilente mas.
Levantó la vista. Decenas de seres lo miraban con ojos inexpresivos y velados mientras una malefica sonrisa se les dibujaba en las cadavericas caras.

Fin.