Pero tenia que poner todo en orden, necesitaba dejar algunas cosas claras, necesitaba expresarse.
Llevaba dos semanas sin escribir en su diario, ¿donde lo habría puesto?
Pensó en la mazmorra...seguramente se le habría caído allí la ultima vez que estuvo.
Después de días y días de dispersión por fin decidió hacerle frente, tenía que pasar a ser una prioridad (aunque había tantas cosas que hacer...).
Finalmente los montones de fotos y anécdotas que se acumulaban en el petate le dieron el empujoncito necesario para ponerse en camino. Recogió su mochila, provisiones, y armándose de valor se puso en camino.
Según se fue adentrando en la mazmorra fue notando un frio cada vez mas y mas intenso. No estaba sola, se notaba rodeada, pero no acertaba a saber por quien.
De repente su chivatoscopio comenzó a vibrar y se vio rodeada de varias docenas de encubridores, envueltos en sus pesadas mantas negras, cada vez mas y mas cercanos.
Sacó su varita y tras dar buena cuenta de ellos respiró aliviada...había estado cerca.
Que inocente pensar que todo sería tan fácil. Siguió caminando con su diario en mente, su salvoconducto, lo necesitaba mas que nunca.
LLegó a una sala enorme iluminada con varios cientos de antorchas, y allí estaban ellos, esperándola. 4 gigantes de acero silenciosos, estoicos, inmóviles.
Un escalofrío recorrió su espalda, pero tenia un objetivo en mente, ahora no podía detenerse.
Pasó su mano por la empuñadura de su flamante AvastSword y sintió una seguridad increíble, como si la espada tuviese alma y le dijese que todo iba a salir bien.
La lucha fue terrible, horas y horas de agotador combate que se extendió hasta que finalmente al salir el sol el ultimo troyano hincó sus rodillas en el suelo.
Traspasó el portón y allí estaba, apoyado en una roca e iluminado con una vela. Como si de algún modo supiesen que iba a ir a buscarlo, todo preparado para la ultima trampa.
Y de repente surgió de la nada, el gran jefe, el enemigo final. Un gusano gigante cuyos apestosos apéndices se extendían al mismísimo corazón de la tierra e infectaban su precioso tesoro.
Era ahora o nunca...la batalla había comenzado, y solo uno de ellos sobreviviria.
Llevaba dos semanas sin escribir en su diario, ¿donde lo habría puesto?
Pensó en la mazmorra...seguramente se le habría caído allí la ultima vez que estuvo.
Después de días y días de dispersión por fin decidió hacerle frente, tenía que pasar a ser una prioridad (aunque había tantas cosas que hacer...).
Finalmente los montones de fotos y anécdotas que se acumulaban en el petate le dieron el empujoncito necesario para ponerse en camino. Recogió su mochila, provisiones, y armándose de valor se puso en camino.
Según se fue adentrando en la mazmorra fue notando un frio cada vez mas y mas intenso. No estaba sola, se notaba rodeada, pero no acertaba a saber por quien.
De repente su chivatoscopio comenzó a vibrar y se vio rodeada de varias docenas de encubridores, envueltos en sus pesadas mantas negras, cada vez mas y mas cercanos.
Sacó su varita y tras dar buena cuenta de ellos respiró aliviada...había estado cerca.
Que inocente pensar que todo sería tan fácil. Siguió caminando con su diario en mente, su salvoconducto, lo necesitaba mas que nunca.
LLegó a una sala enorme iluminada con varios cientos de antorchas, y allí estaban ellos, esperándola. 4 gigantes de acero silenciosos, estoicos, inmóviles.
Un escalofrío recorrió su espalda, pero tenia un objetivo en mente, ahora no podía detenerse.
Pasó su mano por la empuñadura de su flamante AvastSword y sintió una seguridad increíble, como si la espada tuviese alma y le dijese que todo iba a salir bien.
La lucha fue terrible, horas y horas de agotador combate que se extendió hasta que finalmente al salir el sol el ultimo troyano hincó sus rodillas en el suelo.
Traspasó el portón y allí estaba, apoyado en una roca e iluminado con una vela. Como si de algún modo supiesen que iba a ir a buscarlo, todo preparado para la ultima trampa.
Y de repente surgió de la nada, el gran jefe, el enemigo final. Un gusano gigante cuyos apestosos apéndices se extendían al mismísimo corazón de la tierra e infectaban su precioso tesoro.
Era ahora o nunca...la batalla había comenzado, y solo uno de ellos sobreviviria.
Que asco de ordenador x diox!!!!! Pero lo he conseguido, ya estoy libre de virus yuhu!!!!
Queridos lectores...he vueltooo!!!
6 comentarios:
Si yo estuviera en tu lugar no estaría tan contenta... nunca se sabe si hay algún cobronazo aguardando a que bajes la guardia para mostrar su verdadera faz...
Continúa vigilando...
Claro tio...alerta permanente...
mmm cuantos enemigos nos podemos encontrar... ya sabes "puedes contar con mi arco" (y con mi hacha)
Besines
Virus?, troyanos??? @_o Cómo?
Por fin has vuelto!yuhu!la espera ha sido larga, pero por fin los has derrotado y has alcanzado el objetivo!
Ahora es tiempo de expresarse y comunicar! (...)
Yo te presto la luz de Earendil para iluminarte en momentos oscuros.
y me ha encantado el chivatoscopio!! yo quiero un chisme de esos!
Muxos besicos y alcahuetes :P
Cobol, gracias por decirme que puedo contar con tu arco y sin embargo no mover un dedo cuando te pedí ayuda. Pero en fin, para eso vale tener amigos informaticos, xa k se rian de tu ineptitud de usuario...y para nada mas...
La proxima vez te recordaré tus palabras.
Pipi, efectivamente como lees tenia el ordenador infectadisimo de virus, xo infectadisimo eh...k mal...
Pensaba ya no te metias x aqui...
Martita, efectivamente ahora es tiempo de expresarse, xo primero tendré que poner en orden todas las anecdotas, fotos y demas k llevan 15 dias esperando para ser mostradas. Gracias x el apoyo, haber cuando nos metemos y limpiamos el tuyo tb.
Y por cierto, se dice CACAhuetes, si no te gusta la palabra CACA mala suerte pero es asi, CACAhuetes. 1B.
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